Después del primer cafeciño del día afrontamos una jornada de pesca artesanal de pulpo muy desapacible con lluvia persistente y vientos del sur de fuerza 4. Ya estamos en plena primavera, pero la meteorología nos sigue resultando adversa, y no podemos realizar nuestra actividad con normalidad, parece que después de un invierno relativamente suave las estamos penando todas ahora en primavera. Pero bueno, como decimos por aquí “nunca choveu que non escampara”.
Embarcación artesanal. (Foto: Alfonso Rego - WWF)
Ya a bordo de “Fue mi gusto” (si, si, es una embarcación de pesca artesanal) nos preparamos a partir del puerto hacia las zonas de pesca, durante la ruta tendremos tiempo para preparar la carnada o cebo para las nasas que capturarán el rico pulpo gallego y además aprovecharemos para saludar por el aparato de radio-telefonía VHF, (que todas las embarcaciones llevan instalado abordo) a los compañeros de los puertos aledaños. Durante el recorrido, tenemos el privilegio de disfrutar de unas vistas increíbles desde nuestro puesto en la “oficina”, y desde dónde podemos ver unos amaneceres espectaculares, aunque hoy el día no se preste a ello.
Desde que salimos del puerto los distintos equipos de navegación instalados abordo nos van dirigiendo hacia la zona exacta donde están caladas las nasas. Recordar que nuestros padres y abuelos no disponían de esta tecnología tan avanzada y se situaban en los caladeros de pesca, por medio de las llamadas “marcas” (puntos de referencia en tierra) y a cada caladero o zona del mar se le definía con un nombre concreto (hidrotoponimia) que podían hacer referencia a lugares de pesca utilizados por algún marinero, a la abundancia de alguna especie animal, entre otros muchos.
Una vez ubicados en el punto donde está calada la primera cacea de nasas, levantamos la boya y empezamos a recogerlas una a una. Como viene ocurriendo en los últimos meses, con cada nasa que levantamos nos llevamos una decepción, el pulpo escasea, después de “palmear” 600 nasas, las capturas son irrisorias, 25 kilos, muy por debajo de los topes establecidos de captura, De hecho no alcanzamos ni el tope de uno de los tripulantes.
Esta escasez de capturas preocupa a todo el sector y son muchas las opiniones que hay al respecto sobre cómo se debería proceder para recuperar una especie tan importante como es el pulpo para los pescadores gallegos artesanales, y del que vivimos más de 3.000 personas en toda la costa gallega embarcados en 1.250 barcos.
Ya de vuelta a puerto, las conversaciones por VHF (nuestro particular espacio de debate diario) se centran en la difícil situación por la que está atravesando la pesquería de pulpo, que en la actualidad, con las capturas existentes no resulta rentable salir a faenar, a pesar de que los precios son muy interesantes, marcando día a día cotizaciones históricas en lonja. Pero la realidad es que la venta del pulpo capturado apenas cubre los muchos gastos que tenemos (carnada, combustible, seguro, seguridad social, tasas portuarias…)
Después de una consulta realizada al sector, la Consellería del Mar ha determinado establecer una veda para el pulpo de mes y medio. Para muchos de nosotros nos parece a todas luces insuficiente, para otros consideran que con un mes sería suficiente y para otros, los más insensatos, incluso opinan que el período de veda es innecesario. El debate radiofónico sube de tono a medida que cada uno va esgrimiendo sus argumentos, y como casi siempre, se ven muy pocas posibilidades de aproximar posturas.
Mientras tanto ya llegamos a la entrada del puerto, y es cuando nos metemos en medio de la apasionada discusión para despedirnos hasta mañana, que será otro día y que nos volveremos a plantear “o que temos que facer para poder sair ao mar”, en nuestra versión/visión muy particular de la banda sonora de la exitosa serie televisiva “Fariña”