Mi nombre es Breixo, tengo 16 años soy hijo y nieto de pescador artesanal de un puerto de A Costa da Morte, en A Coruña y quiero compartir con todos mi relación, o mejor dicho, la relación de nuestra familia con el mar.
PASEOS POR EL PUERTO DESDE MUY PEQUEÑO CON MI ABUELO
Desde muy pequeño, apenas empezaba a dar los primeros pasos, mi abuelo ya me sacaba a pasear al puerto y a meterme en el ambiente marinero. Poco a poco me fui familiarizando con los tipos de embarcación existentes, las partes del barco, las distintas artes de pesca con las que tradicionalmente venía desarrollando su actividad y llegando a utilizar desde muy joven la terminología propia de un pescador.
LA GENEROSIDAD DEL MAR
En esas agradables jornadas de paseo con mi abuelo Xaquín, me relataba interesantes historias de cómo desarrollaba su actividad y su relación tan particular con el mar. Me hablaba del mar como si fuese un miembro más de la familia y me contaba que era además quien nos permitía, gracias a su generosidad y a los muchos y variados recursos que nos ofrecía, que pudiésemos vivir en nuestro pueblo, sin necesidad de emigrar, como otros muchos vecinos nuestros que tuvieron que dejar atrás su tierra y sus seres más queridos para buscar trabajo y organizar una vida nueva más allá de nuestras fronteras. Todo ello debido a las pocas posibilidades de empleo en una zona que tradicionalmente vivió siempre mirando al mar.
Tristemente una zona tan bella en paisajes y en posibilidades de trabajar en torno a la actividad pesquera y al procesado de los productos derivados de la misma se estaba desangrando poco a poco, y sus vecinos tuvieron que optar por la emigración. Hay que decir, que según me contaba mi abuelo, lo que me dice mi padre y mi madre y lo que yo puedo apreciar, A Costa da Morte siempre fue una zona que estuvo muy abandonada a nivel de servicios e infraestructuras, y llegar hasta aquí resulta poco menos que una aventura. Algunos lo hacen cada cuatro años para prometernos cosas, que casi nunca cumplen, y cuando lo hacen se quedan a medio camino de la promesa.
RESPETO AL MAR
En muchas de las historias que me contaba mi abuelo, siempre estaba presente el respeto que había que tener al mar. Por un lado, me contaba que nunca se puede desestimar el poderío y la fuerza del mar, capaz de darnos lo mejor pero también de mostrarnos la cara más dura y cruel, y de esto, por esta zona, desgraciadamente sabemos bastante.
Por otro lado, me decía que para continuar con esta esforzada, bonita y digna profesión de pescador se debe cuidar, proteger y mimar el mar, porque aunque es tremendamente agradecido, no debemos castigarle con acciones que pueden hacerle un daño tremendo como tampoco haríamos con un miembro de nuestra familia.
En relación a ese maltrato que a veces sufre el mar por parte de quien lo explota y quien tiene además la obligación de cuidarlo, me contaba que una de las principales acciones para cuidar el mar era el respeto absoluto de las vedas y las tallas mínimas y eso, desde hace ya unos años, unos cuantos desaprensivos se están encargando de fulminarlo.
Necesario relevo generacional
LA PROBLEMÁTICA EN EL SECTOR PESQUERO ARTESANAL
Ya no es tan sorprendente encontrarnos en las pescaderías, con marisco vedado e incluso ovado, con el grave perjuicio que eso tiene para la regeneración de las especies. Incluso en algún momento pude compartir mesa y mantel con familiares y algunos amigos y amigas, donde teníamos como parte del menú centollas con huevas, y no pude evitar recordar los sabios consejos de mi abuelo y hacer comentarios al respecto que fueron reprobados por algún comensal adulto con frases como "cállate niño, come lo que tienes delante y calla"
Pero también me contaba que algunos que se dicen llamar pescadores, llegaban a utlizar métodos nada respetuosos con el medio marino y tremendamente dañinos como es el caso del uso de la dinamita para la pesca o las técnicas tan agresivas para el medio como la pesca de arrastre, que arrasan los fondos marinos.
Recordando esos paseos tan instructivos y educacionales con mi abuelo me doy cuenta que en la actualidad se están produciendo ciertas anomalías en el sector que deberían ser corregidas de inmediato. La verdad es que a mi me gustaría que en el colegio pudiésemos dar alguna asignatura, que profundizase mucho más de lo que se hace actualmente, sobre la necesidad de cuidar nuestro entorno más inmediato. Está muy bien conocer el ecosistema de la sabana africana pero también debería ser de obligado conocimiento conocer como es la vida de los pescadores artesanales, sus prácticas de pesca, y los ecosistemas marinos sobre los que se desarrolla la actividad pesquera y de la que tantísima gente vive en las zonas del litoral gallego.
MI abuelo, ya hace unos años, que no está con nosotros, y la verdad es que muchos días me paro a pensar que opinión tendrá, allá donde se encuentre, de la situación actual en la que se encuentra el sector pesquero artesanal, con los problemas que en los últimos años de su vida ya detectaba y que año tras año se fueron agravando, como es el caso del furtivismo externo e interno, la sobreexplotación, la creciente presencia de la acuicultura industrial en nuestras costas, el problema de las cuotas de pesca…
EL FUTURO DE LA PESCA ARTESANAL
Mientras tanto, compruebo que mi padre está bastante desilusionado con la situación actual y no percibe un futuro muy esperanzador y día tras día me aconseja que encamine mis estudios en busca de otras salidas laborales que no sean la pesca o el marisqueo. Pero yo me resisto a creer que la pesca ya no tiene futuro. Estoy convencido que con un cambio de actitud de los pescadores, una mayor sensibilidad de la sociedad con un consumo responsable y una gestión más eficiente, y compartida entre administración y sector pesquero, un futuro mejor es posible en la pesca artesanal.
Aunque normalmente acostumbro hacer caso a mis padres, en esta ocasión tiraré de recuerdos y seguiré los pasos de mi abuelo Xaquín.