Un asunto que nos han preguntado en diversas ocasiones nuestros clientes es como distinguir un pescado fresco de aquel que no lo está. En este artículo vamos a contar, como ya hemos hecho en otras ocasiones en este blog, las claves para aprender a reconocer el pescado que es fresco y a distinguirlo del que ya lleva muchos días en la pescadería.
Análisis sensorial para identificar el pescado fresco
- La piel del pescado: en aquel pescado que es fresco su piel es brillante y resplandeciente y sin embargo en el que no lo es, su piel se ha tornado a opaca.
- La firmeza del pescado: el pescado fresco es duro (el pescado que no es fresco se vuelve blando). El pescado fresco presenta un vientre firme, y va perdiendo su firmeza al ir perdiendo su frescura, hasta que se produce el estallido del vientre.
- El olor del pescado: el pescado fresco desprende un olor característico a algas marinas, olor que se vuelve ácido, mohoso y a humedad, según va perdiendo su frescura, para volverse rancio, según se va deteriorando.
- Los ojos del pescado: es uno de los puntos más claro para identificar un pescado fresco. El pescado fresco tiene los ojos claros, no son opacos y tampoco se ven planos o hundidos.
- Las branquias del pescado: en el pescado fresco las branquias tienen un color rojo muy característico y van perdiendo su color rojo cuando el pescado pierde su frescura. Las branquias del pescado fresco emiten un olor a algas, que se transforma en un olor dulce o rancio al ir perdiendo su frescura, acabando en un olor agrio o claramente rancio.
La FAO establece diferententes métodos, tales como los sensoriales, bioquímicos y químicos, físicos y microbiológicos, para establecer la frescura del pescado. Os dejamos un enlace a los citados métodos descritos por la FAO, pero a nivel particular solo podremos aplicar los sensoriales, y que son los descritos en las líneas anteriores.
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