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mariscadora

  • Mariscadora: amor al mar, sensación de libertad

    Hace unos días se celebraba en Santiago de Compostela una jornada organizada por la Federación Gallega de Cofradías de Pescadores que llevaba por título 'Amar o mar' dónde se dieron cita unas doscientas mujeres vinculadas al sector pesquero/marisquero  y cuya pasión es el mar. ¿Su profesión? Mariscadora.

    Hace unos días relatábamos en este blog un día en la vida de un pescador artesanal y hoy queremos ilustraros cómo se desarrolla una jornada laboral de una mariscadora gallega cualquiera.

    Un día en la vida de una mariscadora gallega

    "Me llamo Maruxa y formo parte de un numeroso colectivo de mujeres, más de 4.000, que nos dedicamos a la extracción de moluscos bivalvos de las Rías Gallegas, soy mariscadora".

    Mariscadora en plena faena (Foto: ABA Films) Mariscadora en plena faena (Foto: ABA Films)

    MARISCADORA: UNA PROFESIÓN DE MUJERES

    En la actualidad un 85% del censo de mariscadores son mujeres y un 80% superan los 40 años, yo me encuentro entre ese porcentaje.

    A lo largo de este relato intentaré desgranar cómo resulta la vida de una mujer mariscadora de cualquier puerto pesquero de Galicia, aunque con pequeñas diferencias, el quehacer cotidiano de una mariscadora no difiere mucho, entre una del norte, O Vicedo (Mariña lucense) o de una del Sur, como puede ser Baiona (Pontevedra). Por lo que me podéis ubicar en cualquier puerto pesquero del litoral gallego.

    MI FAMILIA

    Antes de nada quiero presentaros a mi familia.

    Mi marido, se llama Manolo, actualmente en paro, desde hace tres años, un trabajador infatigable dedicado toda su vida a la construcción, inicialmente como empleado y en los últimos años como autónomo.

    Xiana es nuestra hija mayor, acaba de cumplir los 18 años y de aprobar las pruebas de selectividad. La etapa universitaria está a punto de empezar y su intención es cursar Ciencias del Mar.

    Iago con 8 años, ya tiene clara su vocación, quiere ser Presidente, aún tenemos esperanzas de hacerle cambiar de opinión.

    Vivimos en casa de mi madre Carmen, aunque a los 82 años, todo el mundo le sigue llamando Carmiña, una mujer jubilada de una conservera. Ya os podéis imaginar el importante papel que juega en nuestras vidas

    En la actualidad los únicos ingresos de la familia provienen principalmente del marisqueo y de alguna chapuza esporádica que mi marido hace, que nos permite tener una renta mínima y afrontar los numerosos gastos que tenemos en el seno familiar, y por supuesto la ayuda que supone contar con una pensionista en casa. Nuestra tabla de salvación.

    Mariscadoras (Foto: ABA Films) Mariscando (Foto: ABA Films)

    LA INFLUENCIA DE LAS MAREAS EN LA VIDA DE UNA MARISCADORA

    Pues bien, nuestra vida está siempre condicionada a la popularmente conocida como marea, (bajamar) también llamada seca en las Rías Baixas. Este fenómeno es quien nos fija los horarios para poder desarrollar nuestra profesión, y como consecuencia de ello también nos condiciona nuestra vida familiar.

    Las jornadas de marisqueo las establecemos entre todas las mariscadoras mediante el Plan de Explotación que anualmente se elabora por la agrupación de mariscadoras y que tiene que ser presentado por la cofradía de pescadores y finalmente validado y aprobado por la Consellería do Mar. Este plan nos permite planificar múltiples aspectos de nuestra actividad, y no se limita exclusivamente a la labor de marisqueo, sino que lleva aparejado labores de vigilancia y control de los bancos marisqueros, labores de limpieza de los mismos, así como actividades de siembra.

    Dependiendo del horario de la marea baja toca madrugar más o menos, ya que la jornada empieza dos horas antes del momento más bajo de la marea hasta dos horas después. En la actualidad, con la situación de desempleo de mi marido, las labores de casa están perfectamente atendidas y eso me da cierto descanso, ya que cuando él trabajaba la conciliación, se hacía poco menos que una misión imposible.

    Mariscando en Ría de Arousa - Foto: JAVIER RICO Mariscando en Ría de Arousa - Foto: JAVIER RICO

    AMO MI TRABAJO DE MARISCADORA

    Antes de partir para la zona de trabajo tengo que prepararme con lo que yo llamo mi “traje de luces”, que no es otro que el neopreno, ropa de aguas y chaleco salvavidas, además del pertinente rastrillo como principal arma de trabajo y un capazo plástico que irá en medio de un neumático o flotador atado a mi cintura cuando ya nos encontremos en plena faena.

    Cuando llegamos a la zona de marisquero aún es de noche, pero en muy poco tiempo podremos disfrutar desde “nuestro puesto en la oficina” de un impresionante amanecer, son las ventajas de esta profesión, la sensación de libertad y sin la presión de un jefe, pero de todas formas hay que espabilar si queremos conseguir los topes de captura que tenemos establecido, en nuestro caso son 10 kilos de berberecho y 2 kilos de almeja babosa.

    Después de cuatro horas a remojo y de duro trabajo llega la hora de la retirada y de pasar por el control de las capturas en la propia playa, donde la presidenta de la agrupación y dos compañeras más, realizan dicho trabajo antes del paso definitivo por lonja para clasificación del marisco por tamaños y la posterior subasta.

    No hubo suerte, apenas llegamos a los 6 kilos de berberecho y un kilo escaso de almeja babosa. Los comentarios entre las mariscadoras son unánimes, el furtivismo  nos está haciendo mucho daño.

    La falta de oportunidades laborales hace que mucha gente opte por mariscar ilegalmente, perjudicando gravemente los intereses de nuestro colectivo. Resulta muy duro tener que enfrentarse a vecinos que sabes que lo están pasando mal y que recurren al furtivismo como una salida desesperada, pero ese grave problema social que es el desempleo no puede recaer sobre nuestras espaldas, porque de esta forma todos vamos salir muy perjudicados por la baja rentabilidad que supone mariscar de forma legal y tener que competir con aquellos que están dispuestos a vender sus capturas a cualquier precio para cubrir sus necesidades básicas.

    Marisqueo en Ría de Arosa (Foto: JAVIER RICO) Marisqueo en Ría de Arosa (Foto: JAVIER RICO)

    PROBLEMÁTICAS DEL MARISQUEO

    Además del furtivismo también tenemos que enfrentarnos a otros problemas como son la influencia de las mareas rojas, que durante largos períodos no permite mariscar por la presencia de toxinas. La situación de contaminación en determinadas rías, que provoca un descenso de la producción marisquera, y la fluctuación de precios, en muchos casos provocado por la entrada de marisco foráneo, que se comercializa como gallego en los principales mercados.

    A pesar de todo, me gusta mi trabajo, y casi puedo decir que el marisqueo me apasiona, aunque tenga que sufrir con demasiada frecuencia achaques derivados de la reuma o artrosis, que hasta hace muy poco no eran ni consideradas enfermedades profesionales, curioso ¿verdad?

    Una vez realizada la subasta compruebo que la venta en el día de hoy me supuso unos ingresos de treinta y siete euros (37€), una cantidad muy pequeña para el esfuerzo realizado a lo largo de la jornada.

    De vuelta a casa Manolo me dice que acaba de apuntarse en la cofradía de pescadores para un próximo curso de percebeiro, a ver si tiene suerte y consigue un Permex (permiso de explotación) en la próxima ampliación de plazas.

    Mi madre, acaba de recoger a Iago en el colegio y este le confesó durante el trayecto a casa que ya no quiere ser Presidente, porque alguien le dijo que algunos presidentes no eran decentes. Ahora dice que quiere ser como papá y mamá".

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