Fisterra, un lugar único
Fisterra es un lugar muy recomendable para visitar. Su impresionante faro, metido en plena Costa da Morte, desde donde se puede contemplar unas excepcionales puestas de sol, y donde en el ocaso el sol se esconde en la inmensidad del océano; su pueblo marinero, con sus estrechas calles, y viviendas de vistosos colores; sus magníficas playas, unas tranquilas como la Langosteira, y otras salvajes y vírgenes, como la playa de Mar de Fora, la playa del Rostro, o la playa de Arnela; y su moderna lonja, en donde se subastan unos espléndidos mariscos y pescados, y que Fresco y del Mar os los lleva a vuestra casa.
Su faro, lo más emblemático
El faro de Fisterra es un lugar único, situado en el cabo que le da nombre, que es una auténtica lengua de tierra metida en plena Costa da Morte. El faro actual fue inaugurado en 1853, y es el más antiguo de la Costa da Morte, y también fue considerado durante mucho tiempo como el cabo gallego más occidental, cuestión que no es correcta, ya que el cabo de Touriñán es más occidental.
También tiene vaca
Es muy conocida también la llamada “vaca de Fisterra”, que es una potente sirena que se empleaba para avisar a los barcos de la presencia del faro en los momentos en los que aparece niebla. Esta sirena se encuentra albergada en un edificio anexo la faro.
El semáforo, muy pronto listo para que lo conozcamos
También, muy próximo al edificio del faro, se encuentra el denominado edificio de “el semáforo”, construido en 1879, y que originalmente su fin era el de recibir señales de la Marina, posteriormente fue rehabilitado por el arquitecto César Portela, y hoy es un hotel con mucho encanto, y en el que actualmente se han terminado unas magníficas obras de remodelación interior para convertirlo en el hotel de referencia en la zona, con un restaurante gourmet, donde el visitante podrá contemplar la belleza del entorno, y disfrutar de un auténtico establecimiento de lujo.
Interminables historias de naufragios
Desde el faro podemos contemplar un islote denominado “el Centulo”, separado unos 700 m de la costa y elevándose 25 m, donde muchos buques han naufragado tales como el Blas de Lezo, buque de la Armada española que naufragó en 1932 durante unas maniobras al chocar con unas agujas de piedra no marcadas, el Captain , buque de guerra inglés que naufragó en 1870 debido a la presencia de niebla, o el mercante inglés Bitten, que naufragó en 1878, y podríamos seguir recordando una enorme lista de sucesos similares.
Las playas, sencillamente excepcionales
Si te gustan las playas salvajes, sin chiringuitos a pie de playa, con dunas y solitarias, yo recomiendo la playa del Rostro, un magnífico arenal salvaje de más de dos kilómetros de longitud, donde podrás contemplar la inmensidad del océano.
En definitiva, Fisterra es un lugar mágico para el visitante, donde una tarde soleada podrás ver unas inigualables puestas de sol, y donde un día de temporal podrás palpar la fuerza arrolladora de la naturaleza, desde la tranquilidad y comodidad que te ofrecerá el hotel con encanto "el semáforo", situado al lado del faro.
Joaquín Alvarez Portela